Pasaron más de tres décadas, pero, para quienes lo vivieron, el recuerdo permanece imborrable: el 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín asumía como Presidente de la Nación tras siete oscuros años de dictadura militar.
La anhelada democracia, finalmente, regresaba al país. Todo había comenzado el domingo 30 de octubre, cuando en una jornada histórica, 18 millones de personas habían vuelto a votar en elecciones abiertas después de la dictadura que había comenzado el 24 de marzo de 1976.
La victoria en las urnas quedó en manos del radical Raúl Alfonsín, que tuvo que esperar hasta el 10 de diciembre para recibir el mando del dictador Reynaldo Benito Bignone, quien ocupaba la presidencia desde el 1° de julio de 1982.
"Hay muchos problemas que no podrán solucionarse de inmediato, pero hoy ha terminado la inmoralidad pública. Vamos a hacer un gobierno decente. Ayer pudo existir un país desperanzado, lúgubre y descreído. Hoy convocamos a los argentinos no solamente en el nombre de la legitimidad de origen del gobierno democrático, sino también del sentimiento ético que sostiene a esa legitimidad", remarcó Alfonsín en su discurso de asunción, que duró 58 minutos y fue realizado en la Cámara de Diputados por la mañana de aquel 10 de diciembre.