Previo a ese encuentro, dirigido a los docentes de nuestra universidad, Pochulu explicó que “la idea es que en este tipo de encuentros los participantes tomen algunas ideas que le puedan ser de utilidad, y presentar la problemática que atraviesa la enseñanza de la matemática, sobre todo en las carreras matemáticas. Si uno lo quiere mirar metafóricamente terminamos siendo profesores del siglo 19 que enseñamos matemática de los siglos 17 y 18 a alumnos del siglo 21. Entonces eso hace que nos cueste como profesores movernos en ese campo, muchas situaciones que tenían sentido muchos años atrás, hoy se empiezan a cuestionar”.
Consultado sobre un concepto que había brindado en una entrevista concedida a un medio de Villa María, que decía que una de las claves a considerar es “cómo hago que los alumnos construyan un conocimiento; es muy distinto a decir cómo tenés que pensarlo”, Pochulu añadió: “Esa construcción del conocimiento viene ahora de manos de muchas herramientas, y cuando uno mira cómo se enseñaba matemática en una época y cómo se enseña ahora, llegamos a la conclusión de que hay que cambiar las cosas. ¿Por qué? Hubo una época en la que uno se centraba en repetir contenidos. Hoy desde cualquier teléfono celular se accede a contenidos, teorías, definiciones, entonces la idea es cómo usar eso en los campos profesionales”.
“Hoy se buscan profesionales que sean competentes en un área, no que repitan contenidos. Por ejemplo podríamos plantear hoy a un profesional que encuentre con los ojos tapados una derivada a través de un ejercicio enorme, y él podría decirnos que tiene acceso a la información de cómo hacer una regla, pero necesita resolver una situación problemática particular donde pasan muchas otras cosas. En el grupo de investigación al que pertenezco trabajamos en relación a lo que necesitan las profesiones y que hacemos nosotros dentro de los campos profesionales, y hay muchas diferencias”, indicó.
También hizo referencia a lo que sucede con el nivel medio, y su impacto posterior cuando los estudiantes ingresan en un nivel universitario: “Hay que analizar el tema desde diferentes aspectos. Uno es qué querés que el estudiante sepa en los siguientes niveles, y ahí se ve de todo. Si vos te vas a quedar con la idea de una Universidad donde el alumno recite cosas, que sepa resolver ejercicios combinados, polinomios, la escuela secundaria no está preparando a los chicos para eso, pero tampoco debe hacerlo. Por otro lado uno pregunta para qué quiero saber dentro de la Universidad largos ejercicios de paréntesis, corchetes y llaves, entonces uno puede decir que está desactualizado. La situación sería que la escuela media no está viendo para dónde está preparando y la Universidad se quedó con contenidos de siglos atrás. Acá hay una doble mirada en ambos sentidos”.
Luego destacó que “en los profesorados hay mucho que se hizo, pero como todo cambio es lento. A nivel de formación de profesores, desde hace varios años el Ministerio de Educación a través del Instituto Nacional de Formación Docente convocó a profesores de todas las universidades de Argentina más los de los institutos terciarios, para generar el documento ‘Proyectos de mejoras para la formación inicial de profesores de las diferentes áreas’, y dentro de matemática se pensó cómo debía ser la formación de profesores y sobre eso se está trabajando. Pasa que es muy difícil para un profesor que fue formado bajo un determinado paradigma que te intenten mover, esto se puede ver hasta en el ámbito universitario”.
“Por ejemplo en Análisis Matemático, años atrás cuando no había softwares a disposición de todos, te daban una función horrorosa, y uno sin ver debía resolver dónde tenía un máximo, un mínimo, un punto de inflexión, una concavidad de algo que no veía ni tenía la posibilidad de verlo porque no teníamos ningún elemento para ello. Hoy tenemos la posibilidad de verlo y sin embargo seguimos diciendo que no lo queremos ver, queremos hacer como que no lo vemos y buscando las respuestas, es como una resistencia a las nuevas tecnologías que no son una moda pasajera, y el profesor prepara al alumno con la matemática del siglo 17, con herramientas del siglo 17, y con cosas que uno se cuestionaría a nivel de alumno”, dijo.
También agregó: “Por mencionar un ejemplo, y con esto no digo que no haya que enseñarlo: me voy a esforzar por enseñarle a los chicos de la Licenciatura de Administración Rural el Polinomio de Taylor, con el cual aproximo una función en el entorno de un punto. La pregunta es: en esta época para qué querría una función cambiarla por un polinomio que me da error, cuando tengo cualquier software que me lo está haciendo casi de manera exacta. Para qué tendría la necesidad de reemplazar esta función por un polinomio con todo lo que significa. Bueno, decile al profesor que intente cambiar eso, y veremos el nivel de resistencia que existe, como por ejemplo con estructuras algebraicas, que me dijeron que hay que enseñarlas como saber cultural”.
“Esto es, como dijo Chevalier, el paradigma de la visita a las obras y monumentos, porque en matemática dice que muchos contenidos quedaron obsoletos, pero se parecen a las obras de arte expuestas en un lugar, donde uno va y le dicen: ‘esta obra pertenece que le regalaron a tal príncipe’, entonces uno se pregunta por qué hay que ver esas obras, y no se sabe por qué, pero están ahí y hay que verlas. Y en matemática pasó lo mismo, heredamos contenidos y no nos cuestionamos si están obsoletos o no, los tenés que enseñar porque te los enseñaron, y están en el libro”, puntualizó Pochulu, quien finalmente comentó: “Algunas áreas de la matemática evolucionaron más rápido, como estadística, a nadie se le ocurriría hoy hacer estadísticas con lápiz y papel o diagramar tortas con compás y transportador, pero en otras áreas no sucedió lo mismo”.