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"La preparación intelectual es una pieza de alto valor en el proceso evolutivo de las personas"

"La preparación intelectual es una pieza de alto valor en el proceso evolutivo de las personas"

07/09/2015 |  La Ingeniera Química Carina Branca, primera graduada de esa carrera en la UTN San Francisco, afirmó que “la preparación intelectual es una pieza de alto valor en el proceso evolutivo de las personas”.

También dijo que “es muy importante tener un título Universitario, te acompaña toda la vida, te abre las puertas de muchos lugares, después está en uno el camino a seguir y las decisiones a tomar. Es una carrera universitaria que abre muchos caminos. Una carrera muy linda e interesante. Es difícil, pero la recomiendo”.


La ingeniera Branca recordó su ingreso a la Universidad y explicó: “Cuando tenía 16 o 17 años, estaba en el último año de la secundaria, quería seguir estudiando, tenía muy en claro que quería realizar un terciario o bien ir a la Universidad. También sabía que no podía acceder a ir a Córdoba, tenía que elegir algo acá, en mi ciudad, en San Francisco”.


“Mi papá, empleado, y mi mamá, ama de casa. En una primera instancia, pensaba optar por estudiar el Profesorado de Matemática y Física, ya que me gustaban mucho esas materias. Y después leí en el diario que se abría en la UTN una carrera nueva, que era Ingeniería Química, y química siempre me había gustado en todo mi secundario, me había encantado. Tanto como física y matemática. No conocía nada de la Universidad local, no tenía ni idea lo que era la Ingeniería. A mí me gustaba la química. Egresé de la Escuela Normal, y me dije ‘averiguo’. Fui averiguar a la UTN, me gustaron las materias, y me anoté. Así comencé en 1994, que fue el primer año que se abría esta carrera. Empezamos cerca 70 alumnos; y después ya quedamos 30 en el primer año y de mi grupo inicial logramos recibirnos 6”, agregó Branca.


La ingeniera opinó que la Ingeniería Química es “una carrera muy difícil, muy amplia. Yo la hice trabajando. Siempre trabajé desde que empecé. Mientras cursaba trabajaba dando clases en colegios secundarios. Me hacía tiempo para trabajar y para estudiar. La fui haciendo bien pareja con el correr de los años”.


La ingeniera expresó que “en el año que ingresé, ya estaba Ingeniería en Sistemas, en donde cursaban más mujeres, después estaba Ingeniería Electromecánica y Electrónica, donde eran todos hombres. Desde afuera uno creía que era una Facultad para hombres y para los que trabajaban también. En esa época teníamos esa idea. Porque se cursaba en horario donde te permitía trabajar. Entonces uno podía realizar las dos cosas con comodidad. Trabajaban y estudiaban la gran mayoría. Tenías la comodidad de estar acá en San Francisco; la ventaja de tener docentes accesibles, podías hablar con ellos y aprender de ellos, la relación, y el vínculo iba creciendo diariamente”.


“Fue una gran etapa de mi vida el estudio en esta Facultad –dijo-, es una carrera compleja pero todo se puede con empeño y dedicación. También participaba de los deportes que la Facultad te brindaba. Yo jugaba al vóley, tenías muchísimos amigos. Un grupo hermoso habíamos formado, y no quiero olvidarme de las peñas de los días jueves, eran muy lindas. Recuerdo que eran todas acá en la misma Facultad, se ponían los tablones en el patio, con música, se bailaba, eran muy divertidas. Te conocías con todos los compañeros de las otras carreras tanto Electrónica, Electromecánica, Sistemas. En lo competitivo recuerdo que viajábamos a Embalse, al torneo Tecnológico… fueron momentos fantásticos”.


Y al mismo tiempo que trabajaba y estudiaba, Branca comenzó su historia de amor en la Facultad: “Me puse de novia, con un estudiante de la UTN también, de Ingeniería Electromecánica. Vivíamos los dos en San Francisco, con nuestros padres. A los 22 años, en el año 1998, nos casamos y ya que los dos estudiábamos Ingeniería, nos complementábamos en casa, ya que los dos sabíamos que necesitábamos estar muchas horas sentados cada uno en lo suyo y no había reproches de nada, nos apoyábamos en las carreras que habíamos elegido y en la cantidad de horas dedicadas al estudio”.


“En el año 2001, el 28 de diciembre, me recibí, a los 26 años ya siendo mamá de mi primer hijo, Lautaro. Fui la primera graduada de Ingeniería Química en Facultad Regional San Francisco. La primera graduada, con el peso que significaba, ya que no tenía a nadie en quien basarme, en quién apoyarme, a quién consultarle. Ese día fue muy emotivo, un gran orgullo personal y de mi familia y a la vez feliz, ya que ese día también mi marido se recibía de Ingeniero Electromecánico”, relató la profesional.


Luego de graduarse, la ingeniera Branca se dedicó a la docencia, tal como ella misma lo explica: “Opté por dar clases, creo que la vocación la traía desde siempre, la vocación de ser docente. Creo que desde niña, mi mamá dice que siempre jugaba a eso. Y hoy doy clases en nivel secundario, en la Escuela Normal Superior Doctor Nicolás Avellaneda, el Ipet 50, y en Nivel Terciario, en la Escuela Normal Nicolás Avellaneda (Anexo). Y estoy feliz con mi elección, hoy ya hace 20 años que me dedico a la docencia”.


“Estoy totalmente conectada con la realidad de nuestra juventud, ellos han cambiado con respecto a ‘nuestra juventud’, por ende uno se tiene que adaptar y malear a esos cambios. En el caso de los alumnos que están estudiando el nivel terciario salen con un Título Profesional, con lo que debo estar siempre capacitándome y al día con las nuevas tecnologías. En la Escuela Normal doy clases a estudiantes de cuarto, quinto y sexto año y en la Emilio F. Olmos, ejerzo en nivel medio y en la carrera de Higiene y Seguridad Industrial y en la carrera de Técnico Químico Industrial. Sigo en contacto con la Facultad buscando o averiguando nuevos libros. Trato de venir a la Biblioteca a buscar cosas nuevas, y de estar atenta a cursos o capacitaciones que brindan en esta casa de estudio, y también estuve muchos años en el Departamento Graduados de Ingeniería Química”, acotó.
Luego indicó que “hoy ya tengo tres hijos, Lautaro, Bruno y Milagros, y estoy muy dedicada a ellos, a sus estudios, a su crecimiento, a sus actividades diarias, que también es un arduo trabajo”. Y finalizó: “Hoy a los jóvenes les diría que con ganas de estudiar y progresar, y con una Universidad Nacional cerca de tu casa, con el alto nivel de educación que brindan, que aprovechen la gran posibilidad que tienen de tener un estudio”.


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