En diálogo con ella, en primer lugar realizó un breve repaso de su vida y de aquellos años que residió en nuestra ciudad: “Nací en La Quiaca, provincia de Jujuy, en el límite con Bolivia, hice mi secundario en Jujuy, estudié Ingeniería en Computación en la Universidad Católica de Santiago del Estero, fue la séptima egresada de esa carrera en 1985 y de ahí vine en 1989 a San Francisco. Venía con mucho temor porque entraba a una Universidad nueva para mí, con una carrera de Ingeniería en Sistemas de Información que estaba comenzando, pensé que estaba todo armado y preparado para que me sume a esa carrera, pero luego de que me aceptaron y me recibieron, noté que habían centrado las esperanzas en lo que podíamos hacer los pocos que en ese momento sabíamos de Informática”.
“Me acompañó mucho en ese momento Héctor Mina, junto a otros profesores de los que no recuerdo sus nombres completos, con ellos trabajamos organizando la carrera de primero a cuarto año, y luego se sumaron otros profesores. Como mi esposo trabajaba en una sucursal bancaria de la ciudad se dio la posibilidad de un traslado a Salta así que hacia allá nos fuimos. Llegué a la Universidad Católica de Salta también pensando que estaba todo armado para dar clases, pero resultó ser que el rector de ese entonces me convocó para lanzar la carrera de Licenciatura en Informática”, explicó la ingeniera, y sonriendo acotó: “Me lo pasé armando carreras, toda mi vida fue un transcurrir de armar carreras. Ya en Santiago del Estero fui ayudante alumno, en el tercer año de mi carrera y trabajábamos con los profesores que nos daban Programación, pero que eran matemáticos, y me pedían que los ayudara a darle la impronta informática a la carrera”.
Luego expresó: “Así fui creciendo, desenvolviéndome, nunca dejé la Universidad, supe de todos los avatares de la UTN San Francisco, en muchas oportunidad me reuní con personas de esta casa en diferentes eventos, hemos encarado muchas luchas junto a la gente de la UTN, y ahora me toca presidir la Red de Carreras de Ingeniería en Sistemas de Información (RIISIC), y por eso estoy en San Francisco”.
Consultada sobre cómo es la tarea de organizar una carrera universitaria como la Ingeniería en Sistemas de Información de San Francisco, la ingeniera explicó: “Hay dos planos. Un plano formal, en el cual en ese momento teníamos un plan de estudio que eran dos hojitas, con un cuadro que decía primer año, segundo y tercero, las materias de cada uno y las correlatividades correspondientes, y no teníamos mucho más. Entonces, ya en un segundo plano, con estos profesores empezamos a buscar los apuntes de cátedra de esta carrera en facultades de Santa Fe y Córdoba y así íbamos organizando primero las materias en función de esos apuntes, sin cambiarle un ápice. Me tocó en 1987 habilitar el primer año, en 1988 habilitamos el segundo año, y no había profesores, así que tomamos las materias de segundo también, al año siguiente las materias de tercero, y luego las de cuarto. Recuerdo en esos años las dispensas que nos daban los alumnos porque había materias a las que iba a dar clases una vez al mes, porque no había forma de hacer de todo. En ese entonces se cursaba aquí hasta el título de Analista de Sistemas y luego se debía culminar la carrera en Córdoba. Así que cuando me fui estábamos haciendo la lucha para habilitar el quinto año y medio de la carrera en San Francisco. Así fue que empezamos”.
A fines de los años ’80 la informática en nuestro país estaba dando sus primeros pasos, de manera que en el ámbito universitario había que adaptarse a ese contexto teniendo en claro hacia dónde enfocar el perfil del ingeniero. Sobre esto, Parra de Gallo comentó: “Había que tener en claro el rol del ingeniero en Sistemas, por ejemplo cuando me llaman en Salta a armar la Licenciatura en Informática, yo no sabía lo que era un licenciado, lo aprendí ahí, porque habiendo transcurrido el haber armado una carrera como la de San Francisco y viniendo de una Universidad Católica con una formación jesuita, tenía en claro la diferencia entre un ingeniero y cualquier otro profesional. No sé lo que es un médico, un psicólogo, pero siempre supe lo que es ser ingeniero. Hay una frase, un slogan del Colegio de Ingenieros de Jujuy que dice ‘Si se trata de hacer, convoque a un ingeniero’. Eso lo resume todo, nosotros somos hacedores, estamos capacitados para proyectar, planificar, diseñar y buscar la mejor solución a un problema. Resolvemos problemas con las herramientas que tenemos a mano, con los conocimientos que tenemos, todo eso conjugado armónicamente y orientados a la persona. Esa orientación hacia las personas la logré en la Católica de Salta, porque al ser una universidad privada confesional, aparecían materias extrañas para nosotros como Filosofía, Teología, Doctrina Social. Fue todo un esfuerzo hacerles entender para qué les servía la Teología. Yo trabajé mucho con los profesores de esas materias para que les gusten a los alumnos, y las enfocamos por el lado humanista”.
En cuanto a la gran evolución que tuvo el sector de las TIC’s en estos últimos treinta años, la ingeniera afirmó que ese contexto “es lo que nos hace especiales a quienes abrazamos esta profesión, porque los informáticos estamos forzados a un aprendizaje continuo. Cuando salí de la Universidad en 1985 recién estaba asomando Microsoft y Bill Gates, todo eso lo aprendí afuera. Cuando estábamos armando la carrera en San Francisco, nosotros estudiábamos la arquitectura de una PC de los folletos que conseguíamos, de las revistas, no había internet, no teníamos un texto científico o formal que nos explicara cómo funcionaba eso. Y lo mismo pasó con otras instancias. Luego de la revolución Microsoft, de los íconos y la interfase visual que fue una explosión, luego vino internet, y ahora estamos hablando de internet de las cosas, de otros mecanismos de almacenamiento, redes convergentes”.
“Es tal la diversidad, la integración de la tecnología a la vida cotidiana, que nosotros y nuestros alumnos estamos preparados para la capacitación continua. Nunca el joven sale con el conocimiento suficiente de la universidad, eso lo tiene que saber. Uno con mucho esfuerzo cursa uno, dos, cuatro y cinco años hasta el título de grado, y cree que ya lo logró, y no es así. Con el título empieza la historia, cuando se recibe y sale a la calle, sin la universidad que te protege, sin los profesores que asesora, es uno mismo y el contexto, con otros treinta y cuarenta en iguales condiciones más los que están desde antes. En ese sentido somos muy aguerridos los informáticos y así vamos, como el huevo y la gallina: la ciencia informática creció porque crecieron los informáticos de esa manera y con esa dinámica, que la hacen crecer constantemente”, remarcó.
Consultada sobre cuál es el camino a futuro para este sector, Parra de Gallo sostuvo que “tengo una preocupación muy fuerte por el usuario. Si uno toma un chico de primer año y le pregunta qué es un usuario, no lo va a poder definir. Todavía no entendemos que nuestra actividad como profesionales y como integrantes de una comunidad es hacer servicio, estar al servicio de los demás. Desde ese punto de vista el horizonte de la tecnología se ha perdido totalmente, ahora es todo tecnología, superando inclusive al propio negocio. Es más importante la tecnología que ganar plata. Por ejemplo antes ibas a un banco a hacer un depósito y no salías de ahí sin hacer ese depósito. Hoy vas a hacer eso y si el sistema se cayó el banco no te recibe la plata, entonces de golpe estamos tan supeditados a lo tecnológico que hemos perdido el horizonte en ese tipo de cosas. Creo que hay que volver a eso, tengo esperanzas de que eso se renueve de alguna forma porque hay que parar con la dependencia tecnológica, pero quizás por mi edad pienso así. Las nuevas generaciones que ya nacieron con esa dependencia tecnológica no se asustan ni se asombran con los avances que se ven en la actualidad, son cosas que forman parte de ellos y se van apropiando de esos avances”.
Y agregó: “Creo que en algún momento no es que vamos a deshacernos de la tecnología sino que la pondremos en su lugar”.
Finalmente en relación a esta oportunidad de esta nuevamente en nuestra casa de altos estudios la ingeniera destacó: “Es un alegría muy grande estar acá, una alegría inmensa. Yo sembré una semilla y después, cuando me fui, supieron darle lugar, alimentarla, la hicieron crecer, y esa es la mayor alegría, haber fundado eso y hoy verlo crecer, como a los hijos, muy bien formado”.
Cabe destacar que además de participar del plenario de RIISIC, Beatriz Parra de Gallo brindó un seminario de capacitación sobre “Pericias en correos electrónicos”, y fue recibida por el decano, ingeniero Alberto Toloza, quien le entregó una plaqueta recordatoria y destacó la labor realizada por esta reconocida ingeniera en los comienzos de la Ingeniería en Sistemas de Información, carrera que en 2017 cumplirá sus primeros treinta años de presencia en nuestra Facultad.