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Ing. Osvaldo Cordoni: Cómo podemos ahorrar energía en hogares e industrias

Ing. Osvaldo Cordoni: Cómo podemos ahorrar energía en hogares e industrias

16/03/2015 |  La mala utilización de la energía eléctrica es un problema que afecta a todo el mundo, y que va de la mano a otros inconvenientes como la escasez y el derroche energético, y sus implicancias económicas. Es un asunto complejo que debe ser abordado desde diferentes aristas, entre las que se destaca la necesidad de comenzar a trabajar en acciones que permitan el ahorro energético, tanto en el plano doméstico como en el industrial.

El ingeniero electromecánico Osvaldo Cordoni es un especialista en la materia, que se desempeña como docente de las cátedras de Mantenimiento Electromecánico y Mediciones Eléctricas en nuestra Facultad Regional San Francisco de la UTN. Asegura que “a nivel nacional en materia de ahorro energético hay mucho por hacer”, y que “los que van primeros en esto son los países de Europa, si bien no consumimos todos lo mismo, allá se presta mucha atención a la eficiencia energética de los aparatos, equipos y demás, tanto a nivel industrial como hogareño”.
El Ing. Cordoni señala que “cuando uno habla de ahorro, habla de una diferencia en relación a lo que se venía haciendo. Ahorrar es no gastar lo que se venía gastando o guardar algo para el futuro. Y en el tema de energía es no gastar la energía que veníamos derrochando. Uno tiene una historia de consumo de energía, y ahorrar energía es, entre otras posibilidades, recuperar energía que me sobra en un lado, y reutilizarla en otro. Por supuesto que hay varios puntos a considerar como diseñar los equipos eficientemente, seleccionarlos correctamente, mantenerlos de manera correcta, entre otros. Estos puntos se pueden aplicar a la industria y al hogar”.
“Por ejemplo, cuando pasamos por una planta industrial y vemos las chimeneas que despiden calor, eso es energía que se libera al ambiente. Y cuando uno habla de ahorro de energía de aire comprimido, de calefacción, o de enfriamiento, todo termina en energía eléctrica, en vapor, en consumo de combustible. Y si nos referimos al ahorro de energía en el hogar, básicamente hay que saber seleccionar el equipo más eficiente según mi conveniencia, aunque es indudable que hoy un equipo más eficiente es más caro”, comenta el docente de nuestra casa de altos estudios.
Seguidamente Cordoni agrega que “al momento de la adquisición hay que elegir el más eficiente, después hay que ver el modo de uso, no sirve de nada dejar la iluminación encendida o el televisor encendido si no lo necesito, inclusive no deberíamos dejarlo enchufado, es decir apagado pero enchufado, porque eso consume energía. Y después hay que tener en cuenta el modo de mantenimiento. Por ejemplo un motor eléctrico, un bombeador pequeño, desde que yo le hago el bobinado nuevo va a tener más pérdidas. Difícilmente pueda dejarse en las condiciones originales del fabricante”.

 

Los electrodomésticos
El docente explica que para cada aparato eléctrico del hogar hay una serie de consejos y acciones a seguir para ahorrar energía. Pero también destaca que en general, para el caso de los electrodomésticos, “lo primero que hay que mirar al momento de adquirirlos es la escala de eficiencia, representada en siete escalas, de la letra A a la G, con diferentes colores, y están elaboradas teniendo en cuenta el consumo promedio de los electrodomésticos en la década del ’80. La escala D es la que va del 90 al 100%, o sea que un aparato de esta escala consume lo mismo que uno de la década del ’80. Un equipo de escala A consume entre el 42 al 55% de energía para hacer lo mismo que un equipo igual pero de escala D. En Europa han ampliado la escala con la A+ (30 al 42 %) y A++ (menor de 30 %)”.
“Entonces hay que evaluar la situación de cada uno, porque tal vez un equipo de escala D es más barato que uno de escala A, pero con el uso a través del tiempo, se hace excesivamente caro. Por otra parte en esa etiqueta que encontramos en los electrodomésticos está la escala de eficiencia, y además podemos encontrar otra información importante sobre el equipo, como la eficiencia de lavado y centrifugado en el caso de lavarropas y secarropas, o la capacidad de iluminación de las lámparas”, explica Cordoni.
Luego agrega que “en cuanto a los electrodomésticos, tenemos que tener en cuenta algunas indicaciones. Por ejemplo hay que tenerlos apagados cuando no se los utiliza, desconectados en lugar de enchufados, porque generalmente todos utilizan un transformador o una fuente. Cuando uno los tiene en stand by notamos que están calientes al tocarlos. Eso es energía que se pierde. Se estima que a nivel mundial las pérdidas por los transformadores llegan al 2% de energía, y 0.3 % en vacío (descargados o sin consumo, pero conectados). Y en general, podemos afirmar que en nuestro hogar podemos tener electrodomésticos de mucha potencia que uso muy poco, o electrodomésticos de poca potencia que utilizo siempre, y hay que utilizarlos de forma distinta unos y otros. Por ejemplo en el caso de la plancha, lo conveniente sería planchar toda la ropa de una sola vez, y no un poco ahora y otro poco después porque se gasta mucha energía para calentar el metal de la plancha. Además una cosa es poner en funcionamiento un electrodoméstico así una sola vez, que varias veces seguidas”.
“Las computadoras pasan mucho tiempo encendidas y tienen un consumo importante. Por eso el primer consejo es dejarla encendida si es que la voy a utilizar, de lo contrario la podemos poner en el modo de ahorro de energía, pero aún en ese modo consume energía, por eso si no la voy a utilizar lo mejor es apagarla, y luego desenchufarla, porque por el hecho de estar conectada a la red eléctrica, consume energía. Si voy a poner un protector de pantalla, que sea el que es completamente negro, porque es el que menos consume”, resalta el ingeniero, y luego señala que “en el caso del microondas, permite ahorrar un 70% de energía en relación a un horno convencional, tiene un mejor aprovechamiento. Pero si no lo utilizo, hay que desenchufarlo. Todos estos tips quizás a nivel personal no es mucho, pero a nivel país, por ejemplo, significarían un ahorro importante. Es un aporte que podemos dar todos, tengamos en cuenta que no nos sobra energía en el país”.
Consultado sobre la importancia que tuvo el cambio de lámparas incandescentes a las de bajo consumo, Cordoni explica en primer lugar que “la iluminación consume en promedio la tercera parte de la energía que se consume en una casa, dependiendo del tipo de lámpara que tenga y del uso diario que tenga, pero en general ese es el promedio”.
“Las lámparas que más se utilizan durante el día son las de la cocina, o el frente de la casa. Si en la cocina tenemos una lámpara incandescente de 100 W, que equivale a una de 20 W de bajo consumo, puede tener un uso de ocho o nueve horas diarias. Esto significa que al cabo de un año he utilizado mi lámpara más de 3200 horas, lo que significa que al costo de la energía que yo tengo en mi casa, y aun teniendo en cuenta el costo de la lámpara, con la de bajo consumo en ese caso puntual mi ahorro anual es de 227 pesos”.
En cuanto a los equipos de aire acondicionado, el docente destaca que “por cada grado que yo disminuyo en el aire acondicionado, gasto un cinco por ciento más de energía. Y si bajo demasiado la temperatura tengo otro problema: comienzo a congelar el evaporador y el equipo no para más, hasta que se atasca el ventilador. Entonces lo que se aconseja es regularlo a 24 grados, porque esa temperatura, con 60% de humedad, es la temperatura ideal para el ser humano”.
“Además los cierres de las aberturas no son perfectos y hay mucha energía que se va a través de las aberturas, ya sea por las corrientes de aire que pueden pasar, y por otro lado la superficie grande de vidrio hace que la temperatura interior no se mantenga fácilmente”, destaca el ingeniero Cordoni, y luego hace referencia a la calefacción del hogar: “Algo tan simple como cerrar las cortinas en invierno, es decir, cerramos la persiana y cerramos las cortinas. Solo con eso ya estamos ahorrando calefacción. Además es conveniente tener calefactores con termostato, para que no estén funcionando constantemente. Y otro tema es preguntarnos si es necesario tener la calefacción al máximo para tener calor dentro de la casa, s lo que yo necesito es tener una diferencia de temperatura con el exterior, pero si tengo mucha diferencia de temperatura me voy a enfermar, y lo mismo pasa en verano con el aire acondicionado, no hay que utilizarlo para tener frío sino para no padecer el calor exterior”.
Luego agrega que “otras medidas simples en el hogar son limpiar el filtro de los equipos de aire acondicionado, o limpiar una vez al año el condensador de la heladera. En general sobre todos estos casos, la Secretaría de Energía de la Nación ofrece en su página web una serie de pautas a seguir para ahorrar energía”.

 

Cómo ahorrar en las industrias
En lo que respecta al ahorro de energía en el sector industrial, el Ing. Cordoni destaca la importancia de “utilizar solamente los equipos que necesito, utilizarlos en su punto de funcionamiento óptimo, de nada me sirve tener un motor enorme para un trabajo pequeño. Voy a gastar mucha energía para mantener el motor en marcha, por ejemplo un compresor centrífugo o de tornillos, consume el 25 al 30% de la energía solamente para estar girando y a partir de allí comienza a utilizar energía para comprimir el aire. Hay que buscar equipos eficientes, diseñarlos correctamente, dimensionarlos adecuadamente”.
“En el caso en que uno quiera implementar un ahorro de energía en una industria que ya está instalada, lo primero que debemos hacer es conocerla, relevando lo que hay, haciendo mediciones y no suponer, relevar valores y analizarlos”, destaca el profesional. Y más adelante añade que “si hablamos por ejemplo de la utilización de aire comprimido en las industrias, la primero que debemos hacer es prevenir el consumo excesivo, optimizar el tamaño, generarlo en forma óptima y recuperar calor del aire comprimido”.
Y sostiene: “Lo que más da resultado al momento de ahorrar energía en lo que se refiere al uso de aire comprimido en las industrias es la verificación regular y mantenimiento de las pérdidas. Dentro de las cañerías de aire comprimido hay aire a presión elevada, que se puede perder por las roscas, algún drenador de condensado, y por muchísimos lugares más. Generalmente una instalación recién hecha o bien mantenida pierde entre un 5% y un 10% del aire comprimido, y una instalación mal mantenida pierde hasta el 25%. Y si hablamos de un compresor que maneja 6.000 ó 15.000 metros cúbicos normales por hora, que funcionan las 24 horas del día, perdemos el 25% del caudal de aire y a su vez debemos saber que el 96% de la energía invertida para comprimir el aire se pierde en calor, entonces es un tema para analizar y abordar. El aire comprimido es un medio fluido que contiene una energía potencial que es muy cara, entonces es un desperdicio usar aire comprimido para barrer, por ejemplo”.
“Las pérdidas de aire comprimido dependen de la presión del tamaño  del orificio. Por ejemplo, la pérdida de aire comprimido en metros cúbicos normales por minuto, por un orificio de 1,6 mm de diámetro a una presión de 7 kg/cm2, funcionando las 24 horas, es de más  de 91.300 m3 normales en un año. El costo dependerá del compresor utilizado. Con un compresor de tornillos de cierta importancia, será necesaria una energía superior a los 9.100 kWh, que es mucha energía. Tomamos conciencia de esto cuando lo convertimos en pesos. Si lo multiplicamos por cada pérdida similar, y si lo analizamos en la totalidad de una planta industrial, las pérdidas podrían ser muy importantes”, explica Cordoni.
Finalmente el docente de la UTN San Francisco explica que implementar las acciones que permitan ahorrar energía “lleva tiempo, requiere estudiar la situación actual para poder proyectar, requiere una inversión, y requiere mantenimiento, cuando uno hace un proyecto tiene que hacerlo pensando en el mantenimiento futuro, de lo contrario no va a servir”.
“Llega un momento en el que los consumos son excesivos y hay que tomar una decisión. Cada empresa debe tomar la decisión de encarar un proceso de ahorro energético de acuerdo a sus objetivos y su realidad. Ese proceso incluye además capacitación, experiencia, para saber cómo hacer las cosas para reconvertir nuestras instalaciones en eficientes y sustentables. Todos estos temas se dan en mi cátedra, para que los alumnos cuando sean profesionales y estén en una empresa, piensen en trabajar de forma eficiente”, puntualiza el ingeniero.


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