Con este concurso, se pretende que cada estudiante pueda conocer el material asignado y predecir cargas admisibles en las estructuras y sectores débiles de sus propios diseños. Además, se busca que los proyectos tengan una causa y que los alumnos apliquen sus conocimientos a un elemento a escala de una de las tantas aplicaciones que puede tener en la vida profesional. El estudio de la estabilidad y la resistencia de materiales, como herramienta aplicada a la vida del ingeniero.
UTN San Francisco estuvo representada por 14 estudiantes que fueron acompañados por dos docentes: el Ingeniero Guillermo Velázquez y la Ingeniera Romina Foschia.
Divididos en grupos de dos o tres integrantes, los participantes tenían que realizar una estructura con un diseño real pero a escala, construida con fideos.
“Se construyen maquetas y se hacen ensayos destructivos. Se lleva al puente hasta la falla”, explicó Velázquez.
Seguidamente, el docente agregó: “Había que hacer un diseño que se calcula previamente, se modela, y ahí se aplican todos los conocimientos del alumno para el cálculo estructural de una estructura reticular, se modela y se predice la carga”.
Bajo ciertas reglas, los estudiantes construían su estructura, que luego era evaluada desde diferentes criterios: “Se busca no solo la mayor carga de esta estructura a escala, sino la mayor eficiencia. Hay una fórmula polinómica para evaluar la mejor estructura que tiene que ver con la predicción de kilos, y la relación entre los kilos que soporta y el peso del puente. Se busca la eficiencia general de la estructura. El puente ganador no es solo el que resiste la mayor carga, sino que se usa una fórmula que considera todas otras cuestiones”.
Velázquez se mostró uy satisfecho con el resultado conseguido y valoró: “Un grupo de nuestra Facultad salió segundo, a muy poquita distancia del primero, y en total eran 25 los grupos que participaron. De San Francisco éramos seis grupos y todos los chicos quedaron muy bien posicionados”.