El secretario de Asuntos Universitarios, Ing. Emilio Genesio, contextualizó esta experiencia y explicó que “dentro del área de Relaciones Internacionales, el Programa de Intercambio UTN-DAAD permite a 60 estudiantes de UTN de todo el país realizar una experiencia tanto académica como laboral en universidades de Alemania. Esto es costeado por la UTN en lo que se refiere a los pasajes, y la estadía la costean las entidades que gestionan el programa desde Alemania”. Esta propuesta es el programa de intercambio de grado más grande de UTN, destinado a estudiantes de ingeniería, que cuenta con 60 plazas que período a período se ofrecen a todas las Facultades Regionales y Unidades Académicas para que los estudiantes de dichas facultades regionales participen.
“A este programa lo venimos trabajando desde 2006, y la idea de este año es ampliarlo a otras convocatorias que existen con respecto a Francia, Ecuador, México e Italia”, dijo Genesio, y agregó lego que “en relación a este programa de intercambio, los estudiantes interesados deben formarse en el idioma alemán, desde la Facultad hacemos un aporte para que tengan un costo del 50% en la formación en ese idioma. Luego, los interesados deben presentar un trabajo de investigación que sería lo que luego van a desarrollar en Alemania durante su estadía. Finalmente se les toma un examen del idioma y una presentación en un coloquio en el rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional, y de ahí sale la nómina de los 60 seleccionados para representar a la UTN año a año. Siempre se postulan alrededor de 200 y 300 chicos, y quedan 60. Desde que venimos participando siempre hubo estudiantes de nuestra Facultad que fueron seleccionados para esta experiencia, así que es un mérito para la gestión, para los docentes que los preparan, y obviamente para los estudiantes se capacitan y elaboran un proyecto de investigación”.
La experiencia de Ponzio
Por su parte Andrés Ariel Ponzio brindó detalles de su experiencia: “El programa está armado para que los estudiantes se preparen durante dos años para viajar a Alemania y participen de un proceso de selección en el que quedan solamente sesenta elegidos. En estos dos años de preparación debemos estudiar el idioma alemán, rendir un examen internacional y certificar nuestro nivel de idioma, y además seguir progresando en la parte académica que también es evaluada, y presentar un proyecto con posibilidad de ser desarrollado en Alemania, es decir que tenga beneficios en el caso de que sea aplicado en nuestro país como así también si es aplicado en Alemania”.
“Se realiza una entrevista al final del programa, en el que participan evaluadores del programa como así también del rectorado. Allí analizan la postulación, los motivos que uno tiene para viajar, y la posibilidad de desarrollar el proyecto presentado y los beneficios para los dos países”, dijo el joven estudiante.
Luego explicó: “Mi proyecto fue una red de sensores inteligentes para agricultura de precisión. Propuse que en los campos de cultivos de grandes extensiones se instalen sensores que midan distintos parámetros para evaluar los nutrientes de las plantas, que midan nitrógeno, carbono, la humedad, la luz solar, distintos parámetros que influyen en el crecimiento de las plantas. Entonces a través de la recolección de estos datos, de manera inalámbrica con una unidad central que relevaría estos datos que el usuario podría tener en tiempo real a través de un software sencillo y amigable. De esta manera se optimizaría el rendimiento de los cultivos ya que el productor podría saber en qué sector del campo es necesario aplicar un fertilizante, o dónde hay que aplicar un pesticida, de manera que se pueda actuar en el tiempo justo, ya que muchas veces los análisis que se realizan hacen que el productor llegue tarde a esa información y la plaga ya avanzó, afectando a la producción”.
“Mi propuesta es desarrollar este sistema de comunicación y desarrollar los sensores para medir los nutrientes”, resumió Ponzio.
En relación a la especialización realizada en el país germano, el estudiante dijo que “tuve la oportunidad de elegir tres universidades entre nueve para poder desarrollar el proyecto, y ellos deciden a cuál de esas tres vamos a ir. Yo tuve la suerte de ir al Karlsruhe Institute of Technology y la verdad me gustó mucho la Universidad, que quedó en el primer lugar entre las universidad técnicas de Alemania. Es un campus enorme, como una pequeña ciudad, y esta universidad está unida a un centro de investigación con lo cual tiene mucha tecnología, mucho apoyo económico en lo que es investigación en diferentes rubros como autos eléctricos, medio ambiente, nanotecnología, energía nuclear, y hay muchas empresas que aportan a la investigación, es decir cuentan con el apoyo del Estado y de empresas privadas también”.
“Además de lo académico y de haber estado seis meses en una universidad de estas dimensiones, destaco la importancia que tiene esta experiencia de intercambio cultural, la convivencia con estudiantes de todo el mundo que van a estudiar en ese lugar. Viví en una residencia estudiantil, haciendo vida de estudiante internacional, vivía en un edificio junto a quince estudiantes de diferentes partes del mundo, entre los cuales yo era el único que hablaba español. Esta experiencia fue muy enriquecedora, a uno se le abre el mundo, conoce otras realidades, es algo realmente increíble”, finalizó diciendo Ponzio.