“La formación profesional del ingeniero tecnológico va a ser vital en el futuro cercano y mediato de nuestra patria y del mundo. El siglo XXI va a ser de los ingenieros, así como el siglo XX fue los abogados, y el siglo XIX de los humanistas. Esto es así porque hay una nueva economía, y ese modelo de basa en la tecnociencia, esto que se lleva sociedad del conocimiento, o E3 o la Tercera Ola, o la Aldea Global, hay una transformación del paradigma político y social, y ese paradigma que en épocas recientes ha sido conformado por expertos en otras disciplinas como Derecho, Filosofía y Economía, ese papel lo van a cumplir en nuestro futuro inmediato los ingenieros, porque este modelo tecnocientífico donde la velocidad de la información, su importancia, va a ser determinante en la producción”, aseguró Specchia, quien además es director del diario Hoy Día Córdoba. Luego agregó: “Eso supone un conjunto de conocimientos acumulativos cuya definición de conjunto es tecnología, y los expertos, los ingenieros tecnológicos, van a ser los protagonistas de este siglo que viene”.
El licenciado y docente de UTN Facultad Regional Córdoba comentó además que “la universidad tiene que estar preparada porque la historia de la formación de ingenieros debe adaptarse a las nuevas necesidades de formación de los nuevos ingenieros. Los pasos son: si vamos a necesitar un nuevo perfil de ingenieros, vamos a necesitar una nueva manera de formarlos, por lo tanto vamos a necesitar una nueva manera de ser universidad”.
“La universidad debe dejar de ser un campus separado de la sociedad y debe tratar de imbricarse con el medio social donde está inserta, eso significa que esa sociedad debe colaborar con la conducción universitaria en la determinación de los problemas a los que sus graduados van a tener que hacer frente. ¿Cómo sabe la universidad a qué atenerse o abocarse? ¿Lo sabe desde antes? ¿Lo sabe porque está dirigida por iluminados? No, no puede, ese modelo más externo y paralelo a la sociedad, debe ir acercando posiciones de lo específicamente local, que hoy coincide con lo global, porque la realidad global ya no está fronteras afuera sino fronteras adentro de nuestra comunidad”, señaló.
Más adelante Specchia explicó que “somos herederos de la Reforma de 1918 que terminó con la universidad elitista, incorporó la libertad de cátedra, los concursos docentes, se pasó a la universidad laica, y se abrió a la comunidad desde la universidad. La extensión universitaria surge como una concepción en la que la universidad tiene un saber que comparte graciosamente y generosamente con la comunidad. Eso ya no va más, hay que evolucionar y la sociedad y la universidad deben ser aliadas estratégicas porque buscan lo mismo, porque tienen los mismos elementos: los alumnos universitarios son los ciudadanos, y los ciudadanos deben ser los alumnos universitarios”.