A 75 años de la creación de la Universidad Obrera Nacional, origen de la UTN, concebida para formar profesionales para la industria y el desarrollo nacional a través de investigaciones aplicadas, y pensada para la inclusión de la clase trabajadora que hasta ese momento no tenía acceso a la educación universitaria, el Consejo Superior de la Universidad Tecnológica Nacional se manifiesta y reafirma su compromiso indeclinable con la educación pública, libre, sin aranceles, y en pos de una investigación al servicio del desarrollo de una nación soberana.
La sociedad argentina se encuentra atravesando un nuevo proceso electoral que concluirá en la elección de sus representantes y, fundamentalmente, en la implementación de un programa de gobierno para el próximo período. Indudablemente, nuestro país convive con dificultades económicas y sociales complejas que son propias y otras que son parte del contexto regional y global. Ello vuelve necesario extremar los esfuerzos para comprender, reflexionar y gestar estrategias que permitan superar y amortiguar los impactos negativos de estas dificultades en la sociedad. Por eso, reafirmamos que es deber indelegable del Estado invertir en educación, ciencia, tecnología, e investigación, como recursos estratégicos para la industrialización de la nación que permitirá condiciones dignas de trabajo y una mejor calidad de vida para la población.
La educación superior en tanto derecho humano e igualador social es una herramienta clave para problematizar y transformar la realidad imperante. La inversión del Estado nacional en la Universidad Pública, y en la educación general de nuestra sociedad, es parte de la solución, no es parte del problema.
Nuestro país posee 135 años de tradición en educación pública y obligatoria. La educación no es un bien de consumo ni un servicio: es un derecho. Los discursos que pretenden recortar el Estado no son nuevos, la novedad radica en su mayor exaltación y virulencia, que no tienen arraigo ni consenso en la Argentina actual. Para imponerse, esta visión parcializada necesita desacreditar y erosionar la credibilidad, y sembrar desconfianza, poniendo bajo sospecha a la totalidad del sistema público. En este sentido, creemos necesario señalar la gran contradicción con las recomendaciones de los organismos internacionales, como la UNESCO, sobre desarrollo sostenible de las naciones.
Durante 75 años, la UTN desde una red de 30 sedes que impactan en todas las economías regionales, e integrada en el sistema nacional universitario y de Ciencia y Tecnología, ha formado profesionales que radican su labor en el sector productivo y ha realizado investigación y transferencia. Todo esto ha sido posible por la inversión que hace la sociedad en su conjunto. Es innegable que, si no hay inversión estatal, no habrá impacto positivo en la creación de nuevos e innovadores empleos, generación de productos, servicios ni crecimiento económico.
Convocamos a toda la comunidad universitaria a continuar el camino de la reflexión y de la construcción de la universidad que queremos en el país que anhelamos.