La declaración de independencia del 9 de julio de 1816 fue la culminación del proceso emancipador, iniciado en la Revolución de Mayo de 1810, a través del cual y tras extensas jornadas de debates y acuerdos se reforzaron las relaciones internas de las Provincias Unidas del Sur para así proclamarse como una nueva nación libre de todo tipo de dominación extranjera, trazando los lineamientos que a día de hoy continúan constituyéndonos como una nación independiente.